LA ESENCIA Y EL SECRETO

  La esencia y el secreto de las cosas se enfundan en cosas pequeñas, por eso es que en Aikido los Tesabakis (movimientos de las manos) que muchas veces se escapan del ojo del alumno mas aventajado son piezas claves del trabajo, y a través de las manos llegamos a la perfección de la técnica.

ASHI SABAKI

  Los pies en Aikido se mueven casi deslizandose por el suelo, pero sin arrastres, la forma de posarlos es sobre la base de los dedos, no sobre los talones, quedando totalmente prohibido girar sobre ellos pues el riesto de lesiones es real.

NAGARE

  La fluidez nos llegará con el desbloqueo de todo nuestro cuerpo, siendo puntos claves las articulaciones y el cerebro.
  Las articulaciones son el punto donde nuestra estructura se puede mover, doblar o articular.
  Toda sobrecarga en estos puntos forman un bloqueo instantáneo y un no fluir del ki dejándonos totalmente inservibles para la técnica.
  El cerebro como punto neurálgico es promiscuo a la hora de bloquearse dejando el cuerpo totalmente yerto y espuesto a cualquier agresión.
  Como el maestro Tamura dice el aikido se trabaja "pensando sin pensar", quizás una forma de entender o descifrar esto sea la forma en la que actúa el general en la batalla que ejerce un trabajo de estrategia y no piensa en el punto de choque (agarre) sino que observa todo el campo de batalla y sabe repartir sus fuerzas teniendo una gran visión de lo que ocurre y podría ocurrir.
  En el aikido se llega a la maestría después de muchos años y millones de repeticiones de las técnicas, pero hay que huir del trabajo sistemático puesto que en la naturaleza no hay dos montañas ni dos árboles iguales, en aikido no puede haber dos ataques ni dos repuestas iguales, iríamos contra natura, hay que ser espontáneos e imaginativos.

            La imaginación fuera de la razón produce mounstruos,
            pero unida a ella es la madre de todas las artes.
								 Franciso de Goya